Por Miguel Callejón Márquez y José Carlos Holgado, de Geoceanic

El buceo es una actividad que en los últimos años se ha hecho muy popular y accesible a la gran mayoría de la población. Todos hemos visto documentales, películas, revistas, etc. sobre los fondos marinos, su fauna y flora. Esa es la modalidad más extendida, que practican la mayor parte de los aficionados. Sin embargo, hay otras modalidades no tan conocidas, como el espeleobuceo.

El espeleobuceo se realiza en cuevas sumergidas, normalmente en aguas de interior, como nacimientos de ríos (surgencias) o lagos. Es una actividad muy delicada puesto que el acceso directo a superficie no es posible como cuando se está en el mar y requiere, por tanto, de un entrenamiento y equipación especial.

Hoy queremos hablaros de La Buraca das Choias. Es una cueva de origen kárstico intercalada entre estratos pizarrosos, que se encuentra en exploración por el grupo Geoceanic desde el año 2017. Situada en Lugo, en la aldea de Visuña, las primeras exploraciones comenzaron durante la década de los 80, principalmente por el grupo G.E.S Artabros. En Septiembre de 1985, el club del Mar de A Coruña realiza un primer reconocimiento del sifón 2, llegando hasta una restricción que imposibilita la continuidad de la exploración. Posteriormente, varios grupos intentaron superar dicha restricción pero todos los intentos se vieron frustrados. No fue hasta 2017 cuando el grupo Geoceanic consigue superar el difícil paso y explorar hasta el 5º sifón. Esta cueva se desarrolla a lo largo de un rio subterráneo activo y cuenta con unos 1200 metros lineales explorados, repartidos en 10 sifones (partes sumergidas de la cueva) y sus respectivas  galerías aéreas. Actualmente hemos descubierto hasta el 10º sifón, pero intuimos que la Buraca continúa.

En una de las galerías aéreas entre sifones podemos encontrar un acceso a una galería fósil superior, denominada “La cripta”, por haber descubierto un yacimiento paleontológico de tres individuos diferentes, actualmente en proceso de estudio y datación. Esta galería cuenta con mas de 200 metros y existe una gran probabilidad de que la cueva continúe por esta zona por la cantidad de ventanas y coladas que pudimos apreciar

Gracias a la colaboración de otros grupos espeleológicos se han conseguido varios objetivos muy interesantes, facilitando también que los espelobuceadores de punta José Carlos Holgado y Miguel Callejón Márquez hayamos conseguido llegar hasta la punta, es decir, el 10º sifón.

La temperatura del agua es de 7 grados. En el interior de la cueva la oscuridad es total por lo que es totalmente necesario el uso de iluminación artificial. La exploración requiere total concentración y gran esfuerzo físico. Cada buceador debe cargar a través de la cueva un peso aproximado de 70 kg, que, si bien en las zonas sumergidas es totalmente asumible, en las zonas secas requiere de un esfuerzo muy intenso, poniendo a prueba los limites físicos y mentales del explorador,

No obstante, como en toda aventura, la recompensa siempre merece la pena. La sensación de ser las primeras personas en adentrarse en las profundidades de la montaña, poder contemplar lugares inaccesibles para la mayoría, ver como el agua ha ido esculpiendo caprichosamente la roca durante millones de años…  Todo un privilegio.

Para este año 2019 existen grandes expectativas en la exploración por lo que esperamos que durante el primer semestre consigamos grandes avances de nuevo.

¡Os mantendremos informados!